Origen del cuello clerical
Capellania servicio publico y privado

El origen del cuello clerical se remonta a la Edad Media, cuando los clérigos de la Iglesia Católica Romana comenzaron a usar vestimentas distintivas para identificarse como miembros del clero. Durante la Reforma Protestante del siglo XVI, el cuello clerical adquirió un significado particular entre los reformadores protestantes, quienes buscaban una vestimenta más sencilla y menos ornamentada que la de la jerarquía católica. Este accesorio, originalmente un cuello removible que se colocaba sobre una camisa o sotana, se convirtió en un símbolo asociado con el clero protestante, especialmente en denominaciones como la anglicana, luterana y presbiteriana.

En la Iglesia evangélica protestante, el uso del cuello clerical se inició con el arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, durante la Reforma Protestante. El diseño del cuello clerical anglicano, más corto y recto que el cuello romano utilizado por los sacerdotes católicos, se convirtió en un símbolo distintivo de la identidad anglicana.

Durante el siglo XIX, el cuello clerical se popularizó aún más, con figuras como el pastor anglicano William Henry Milman y el pastor presbiteriano estadounidense Henry Ward Beecher ayudando a establecerlo como un símbolo de compromiso religioso. Aunque su uso no se atribuye exclusivamente a una sola persona, el cuello clerical se ha mantenido como un símbolo común en muchas denominaciones cristianas.

Actualmente, el cuello clerical se asocia principalmente con el clero cristiano, incluidos sacerdotes, pastores, ministros y capellanes. Es un símbolo de autoridad espiritual, consagración y compromiso con la vocación religiosa. La Comisión de Capellanes Internacionales de Chile adoptó el cuello clerical en 2006 como parte de su vestimenta oficial, identificando así a sus miembros.

El simbolismo del cuello clerical incluye la representación de la autoridad espiritual, la consagración de la vida del clérigo a Dios, y la humildad y el sacrificio en el servicio a la comunidad. También se asocia con la servidumbre incondicional a Cristo, recordando al portador su responsabilidad de proclamar la verdad del reino de Dios y servir a la comunidad con dedicación plena.

Este símbolo tiene varias interpretaciones simbólicas:

  1. Autoridad Espiritual: El cuello clerical simboliza la autoridad espiritual y la posición de liderazgo que ostentan los capellanes dentro de la iglesia. Representa la conexión directa con Dios y la responsabilidad de guiar a los fieles en su vida espiritual.
  2. Consagración: El cuello clerical también simboliza la consagración de la vida del clérigo a Dios y a su servicio. Es un recordatorio constante de la entrega total a la vocación religiosa y a la misión de difundir la fe en un contexto de amor y servicio al prójimo; que por lo general esta fuera de las cuatro paredes de la iglesia.
  3. Humildad y sacrificio: Al igual que otros símbolos religiosos, el cuello clerical también puede representar la humildad y el sacrificio que los clérigos deben aceptar en su vida diaria. El usar este distintivo les recuerda que están llamados a servir a los demás de manera desinteresada.
  4. Sujeción y Sometimiento: El cuello clerical toma la referencia del collar de esclavos en la época del apóstol Pablo en la Epístola de los Romanos, Significando así este símbolo la servidumbre incondicional a cristo, la vida de servicio y dedicación plena la Señor, como si fuese un esclavo para proclamar la verdad del reino de Dios; sujetándose a las normas y estatutos del capitulo de capellanía al que el capellán esta sujeto y es miembro en plena comunión.

En resumen, el cuello clerical es un símbolo cargado de significado, que representa la autoridad espiritual, la consagración y el compromiso de los capellanes con su vocación religiosa. El cuello clerical toma la referencia del collar de esclavos en la época del apóstol Pablo en la Epístola de los Romanos, el sexto libro del Antiguo testamento. Significando así este símbolo la servidumbre incondicional a cristo, la vida de servicio y dedicación plena la Señor, como si fuese un esclavo para proclamar la verdad del reino de Dios.

Es un recordatorio constante de la responsabilidad y la entrega que implica servir al capitulo de capellanía donde es miembro y a la comunidad proclamando solo la verdad.

Daniel Romo,
Pdte. Comisión de Capellanes
Internacionales de Chile